12.18.2009
El "yo" más puro
Cuando añadimos la posibilidad de autotraducción en la literatura, también añadimos otro nivel del “yo” literario. En leer autoficciones, ya notamos que es necesario considerar la perspectiva del autor en la literatura, además de el narrador y el personaje principal. En una autoficción todos estos actores pueden ser identidades múltiples de un “yo.” Hay atención en el autor en la escritura autoficción porque el autor está escribiendo del proceso de escribir y él mismo está reconociendo su presencia en la literatura. El numero de “yo”s literarios no cambiará con una traducción invisible porque en esa instancia, el traductor, que pudiera ser otra persona o el autor original, no llama la atención del lector en reconocer que está leyendo una traducción. En autotraducción, el autor está escribiendo sobre el proceso de traducir un texto en que escribe sobre su escritura. Obviamente es un poco complejo y hay muchas capas de considerar. La pregunta que tengo yo es, ¿Cuál “yo” es el más importante y donde debo enfocar? Parece que el énfasis está puesto en el autor (o el autor más reciente), pero si el texto trata de las diferentes identidades del autor en diferentes momentos de su vida, como es el caso de Jorge Semprún en “Autobiografía de Federico Sánchez,” talvez analizar un parte de su vida es analizar todas que son presentados en el texto. Es indiscutible que el “yo” de los años setenta cuando Semprún escribió “Autobiografía” no está contenido en el “yo” de 1993 cuando la versión francés y la traducción española de “Federico Sánchez se despide de ustedes” fue escrito. Aunque parece difícil volver al “yo” del pasado, creo que todos los “yo”s de la vida se aumentan para crear el “yo” de hoy.
Autotraducción de Jorge Semprún
Es difícil definir que crea una traducción buena. Dijimos en clase que si uno no ve ningún señal que algo fue traducido, es invisible, pero también hablábamos de la desventaja a alguien monolingüe. Si yo solo leo en español porque es el único idioma que conozco, todo lo que leo debe parecer como el original; uno no sabe siempre que hay otro versión de que lea y si no conoce la primera lengua no hay manera de averiguar si la traducción al español es diferente. Con la entrevista entre Jorge Semprún y Patricia, aprendimos que puede ser que haya diferencias entre el original y la traducción, pero el autor tiene que limitarlas para que no pierde el texto original. Semprún explica que la versión original, escrito en francés, es más conciso y tiene “mayor rigor literario.” Él dice que la traducción tiene muy pocos cambios pero es evidente que unas cosas, unos chismes que en escribir en francés él evitó, si están incluidos en la traducción. Pero, sin duda, Semprún considera “Federico Sánchez se despide de ustedes” como traducción. Obviamente no es “perfecta” porque es autoreflexiva y comenta en si mismo sobre el acto de traducir, pero si es la versión español del mismo texto escrito primero en francés. Semprún dice que hay tentación de “escribir un libro diferente,” pero eso no lo hizo, aunque no se bien porque no, tal vez porque no quería hacerlo o talvez, como dice, “…había un límite de tiempo,” y no lo pudo hacer con prisa.
El nuevo imperio
En clase hemos discutido el tipo de escritura que resulta de el español en Nueva York. Es la literatura de viajes y no es un informe oficial, sino una lectura de que le interesó al visitante. Entiendo bien como un representativo del “ex-imperio” tiene el deseo subconsciente de juzgar al nuevo imperio como algo últimamente inferior. En ver el imperio moderno, que es los Estados Unidos, el español refleja en las mismas características que tiene Nueva York, y talvez considera aspectos de la identidad que normalmente da por sentado. En “La ciudad automática,” Julio Camba critica Nueva York con severidad. Camba propone que casi todo de lo que está en Nueva York es poco original y viene de otro país, que es evidente en la encrucijada de clima y la gran población inmigrante. Pero, al mismo tiempo, hay una población homogéneo y en venir a Nueva York, todas las diferencias entre razas se desaparecen. No veo como Camba experimentó esto porque aún hoy Nueva York es una gran encrucijada de distintas culturas que traen sus propios idiomas, comidas, y costumbres, y todos ayudan a enriquecer la experiencia de visitar o vivir aquí. Es posible que haya rencor hacía los Estados Unidos y por eso Camba ilumina los aspectos más desfavorables de Nueva York, como el crimen organizado y la necesidad constante para la tecnología. Pero al fin es necesario reconocer que España ayudo a los Estados Unidos a llegar al nivel de un imperio y que España dio bien ejemplo de cómo reaccionar cuando estás en una encrucijada global.
Críticas de Nueva York
José Moreno Villa titula su texto sobre su viaje a Nueva York, “Pruebas de Nueva York,” y pasa el tiempo en el prólogo escribiendo de cómo el texto no debe ser impresiones sino relatos verdaderos de lo que él experimenta en nuestro gran ciudad. También dice que está escribiendo para “la curiosidad del público” en España. Entonces, un español quien lea este texto está licenciado a tomar las palabras de Moreno Villa como datos concretos, y de allí todos los españoles que no han tenido la oportunidad de visitar a Nueva York por si mismos, entenderán la ciudad como él lo describe. Pero, en leer el texto, es obvio que los relatos que cuenta Moreno Villa son más como impresiones de una perspectiva muy concreta y no una represtación sin juicios. Todas las “pruebas” que propone el autor son reflexiones de un hombre español. Hay comparaciones directas con la arquitectura y costumbres españoles. Por ejemplo, Moreno Villa nota que en Nueva York, que para él también es prueba de todo América, las cosas en la casa siempre están en orden, y por eso hay menos trabajo para la criada, que es muy raro para el español quien da mucha más responsabilidad a la empleada de la casa.
Representación justa
La discusión en recitation con el Prof. Fernández sobre su documental del dueño del restaurante español me afectó mucho. Como estudiante de cine en NYU yo he enfocado en la dirección de documentales cortos, y muchos son “retratos” como el del profesor. En hacer un retrato, yo siempre trato de representar a mi sujeto con honestidad para que los espectadores tengan una percepción justa de quien es esta persona. Si yo quería reinventar al personaje y añadir elementos de su personalidad no sería un documental, sino una película narrativa de ficción. Pero, he experimentado que hacer un documental honesto es muy difícil. La película siempre tiene un propósito en particular, y en escoger el enfoqué, el director está manipulando la representación del “yo” del sujeto. Por ejemplo, el sujeto en el documental del profesor era, principalmente, el propietario de un restaurante español en Nueva York. Aunque este papel es probablemente un aspecto muy grande en su vida, el señor es más que propietario, y entonces es importante anunciar que la identidad del señor es más que ser hombre de negocios. Creo que el documental hace buen trabajo de enseñar más que un solo aspecto del señor, porque entendí bien que también su identidad como inmigrante y padre son importantes, pero imagino que todavía hay más que completa el “yo” del señor. Es difícil de saber que es el aspecto más importante, o talvez más interesante de una persona para enseñar al público, y además como expresarlo de una manera más honesta en que los opiniones del director no influyen demasiado a la historia y experiencia del espectador.
El engaño de Marías
La intersección del “yo” como autor y el “yo” como narrador en una obra que no es explícitamente de un genero de ficción puede engañar al lector. En su texto Negra espalda del tiempo, Javier Marías cuenta un relato (que solo puedo suponer que es verdad) en que unas alumnas en Oxford equivocaron el narrador de Todas las almas, quien está basada en el verdadero Marías, pero sin embargo es últimamente un personaje ficticio, con el autor, él. Aunque solo leímos una selección breve de Todas las almas, de ese trocito del texto, no es obvio que el narrador (quien también es el personaje principal) es ficticio, y es comprensible porque las alumnas supusieron que el narrador y autor fueron la misma persona. En Negra espalda del tiempo Marías explica que hay una idea preconcebida de la novela como representación del autor, pero que esto no es necesariamente justificada. A pesar de este argumento no estoy de acuerdo. En mi experiencia personal y académica, he llegado a entender que todo lo contado es interpretación basada en reflexión de que ha experimentado él que cuenta. Marías empiece su texto con parte de este tesis, diciendo que, “…la lengua no puede reproducir los hechos ni por lo tanto debería intentarlo” (p. 9). Considerando que este idea fue escrito por un autor quien en esas palabras está escribiendo algo que no es ficción, es muy raro y difícil de comprender. Está tratando de hacer lo que dice que uno no debe intentar, pero en hacerlo el mismo, enseña que el acto es inevitable.
"Robin Hood" de Tormes
Cuando terminé de leer La vida de Lazarillo de Tormes me pregunté, ¿por qué el autor quería contar este cuento? El texto se trata de un hombre de la clase baja en los años 1500 que escriba su historia a una persona explícitamente de la clase superior, pero ¿por qué la vida de un pícaro le importaría a “Vuestra Merced”? Lazarillo empieza de explicar su obra en el capítulo final donde refleja en lo que tiene en ese momento y como los cargos anteriores que tenía le ayudó de lograr una vida mejor. Dice él, “…todos mis trabajos y fatigas hasta entonces pasados fueron pagados con alcanzar lo que procuré” (p. 128). Esto me hace pensar en el concepto del “Sueño Americano” y la idea de que si uno trabaja duro y constantemente, tendrá éxito y felicidad. Tal vez, si el lector está de acuerdo de que el texto verdaderamente fue escrito por Lazarillo de Tormes como autobiografía, lo mirará así, como un relato de éxito, que Lazarillo quería mostrar a Vuestra Merced que en su sociedad el triunfo del hombre infortunado era posible con la ayuda (a veces indirecta) de los de clase más alta. Pero, si uno no piensa que es autobiografía, puede ver Lazarillo como una colección de cuentos aventureros que tenían moralejas al final de cada capítulo, como fábulas o los cuentos de Robin Hood. Así es más como literatura para las masas que quieren oír del triunfo del hombre pobre para hacerles sentir mejor y tener esperanza en sus propios vidas.
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